Y llegó el fin de un año cargado de viajes y aventuras. Teníamos que celebrarlo de la manera que más nos gusta: viajando. El destino elegido en esta oportunidad sería Puno, lugar que estuvo en nuestra lista de pendientes por mucho tiempo.
A diferencia de todos nuestros viajes anteriores (que los hicimos manejando), en esta ocasión optamos por dejar la camioneta en casa e irnos en avión. Y la razón fue sencilla: no contábamos con muchos días disponibles para este viaje y la lista de sitios que queríamos visitar era bastante larga así que, por esta vez, cambiamos un poco los planes.
Cynthia y Silvana fueron nuestras compañeras de viaje en esta oportunidad. Renata, Óscar, Daniela y César también estuvieron con nosotros el primer día para luego emprender su propia aventura hasta el salar de Uyuni en Bolivia.
Primer día: Sillustani y sus chullpas
Tomamos el avión hacia Puno en la mañana del viernes 30. Renata y Oscar habían salido en otro vuelo, un par de horas antes que el nuestro, por lo que ellos se llevaron la misión de conseguir para todos el tour a las chulpas de Sillustani para ese mismo día ni bien llegaran a Puno.
El resto de nosotros salimos demorados por más de una hora. Llegamos alrededor de la 1:30pm a Juliaca. Como el tour para Sillustani partía a las 2pm desde Puno, Renata coordinó con la agencia para que nos recogiera en mitad del camino (el desvío a Sillustani está en medio del tramo entre Juliaca y Puno). Fue así que, a la altura de la comisaría de Paucarcolla, hicimos el transbordo “en caliente” y con todo nuestro equipaje, hacia el bus de la agencia de turismo. Un poco incómodo en un inicio, pero el gusto de estar allí nos hizo olvidar cualquier complicación que hubiésemos tenido.
Ya en el complejo de Sillustani, uno rápidamente se queda atrapado no sólo por la belleza del lugar, sino por la energía que se siente ahí. Construidas para ser morada final de importantes personajes, la mayoría de chullpas tiene forma de cono invertido. Algunas grandes otras pequeñas, algunas totalmente restauradas otras en condiciones no tan buenas. Según nos comentó el guía, aquellas que eran de piedra pulida serían de origen incaico, mientras que las demás de un periodo anterior.
Durante el camino de ascenso, la primera gran chullpa que se divisa es la más grande de todas. Se le conoce como la Chullpa del Lagarto, pues en su pared hay un labrado en alto relieve una figura de dicho animal.
Todas las chullpas tienen una pequeña abertura que, curiosamente, siempre apuntan hacia el este. Se cree que esto se hizo así para que los difuntos tuvieran contacto directo con el dios sol.
La parte más bonita del complejo es, sin duda, el lado que colinda con el lago Umayo. A esa hora, aunque el cielo estuvo cubierto de nubes negras, desde el oeste rayos de luz iluminaban el hermoso atardecer. El escenario era perfecto y las fotos fluyeron una tras otra.
Pocos minutos después, las nubes nos hicieron saber el porqué de su presencia desatando un diluvio que no tardó mucho en convertirse en granizada. A la vez que disfrutábamos del momento, corrimos hacia el bus pues no llevábamos impermeable (teníamos puesta la ropa con la que viajamos desde Lima).
Sillustani fue una experiencia muy bonita. Fue inicio de un viaje lleno de cosas interesantes.
De regreso en Puno nos embarcamos en taxis hasta nuestro alojamiento en Chucuito. Pasaríamos la noche en el Taypikala Lago (www.taypikala.com), un hotel muy bonito, con muchas comodidades y una buena vista del Titicaca. Muy recomendado. Luego de cenar nos fuimos a descansar.
Segundo día: Chucuito y Puno
A la mañana siguiente (la última del 2016) tras terminar el desayuno, el grupo formado por Renata, Óscar, Daniela y César, partieron hacia la isla Suasi donde recibirían el año nuevo para posteriormente ir hasta Uyuni. El resto de nosotros nos quedamos en Chuicuito y aprovechamos el día para pasearnos por la zona y conocer algo del centro de Puno.
Desde el hotel, y tras caminar unas cuatro cuadras hacia el este, llegamos al llamado Templo de la Fertilidad o Inca Uyo. Se trata de una construcción de origen Inca en cuyo interior se encuentran sembrados una gran cantidad de figuras líticas en forma de falos. Algunos lucen pequeños otros más grandes, algunos mutilados y otros completos. Las historias que te cuentan sobre este lugar narran ceremonias ancestrales que se hacían en pos de la fertilidad de la mujer andina. Sin embargo, hay quienes aseguran que estas figuras fueron sembradas ahí a mediados del siglo pasado, con la intención de atraer el turismo. Sea como sea, todo el pueblo de Chucuito parece rendirle culto al falo: se pueden observar falos en la plaza, en las esculturas ¡y hasta en el campanario de las iglesias!
Frente al Inca Uyo se encuentran la plaza y el Templo de Santo Domingo. Este templo, construido en 1581, es el más antiguo del altiplano peruano. Justo frente a él se encuentra la Cruz del Buen Morir y sobre su campanario se puede ver también un pequeño falo. En sus techos anidaban varios carpinteros andinos (Colaptes Rupicola), muy comunes en estos lares.
Luego fuimos a dar una vuelta por la plaza de armas. Aquí rápidamente llama la atención el templo Nuestra Señora de la Asunción, cuyo ingreso está formado por un sinfín de arcos, siendo el arco central el más grande y sobre el cual se observan dos pequeños falos . En la plaza se puede ver también un reloj solar y una escultura un tanto extraña que es una mezcla de un árbol con un demonio y que, para variar, lleva un falo en la parte superior.
Saliendo de Chucuito nos fuimos al centro de Puno a pasear un rato y hacer algunas compras para la fiesta de año nuevo. Estuvimos andando por la Plaza de Armas y alrededores. En el jirón Lima se puede encontrar una gran concentración de establecimientos comerciales, entre restaurantes, tiendas de todo tipo y agencias de turismo.
Aprovechamos para comer por ahí y planear el resto del viaje. Aunque usualmente nosotros armamos el plan en casa, esta vez salimos “a lo que venga”. No obstante, de algo sí estaba seguro: teníamos que visitar Lampa, Pucará y Tinajani. Un amigo mío había viajado hace algunos años a esta zona y quedé impresionado con su historia y las fotos que sacó de estos lugares.
Entonces, empezamos a visitar diversas agencias de turismo para darnos una idea de las distancias y los tiempos. Grande fue nuestra sorpresa al ver que muy pocas agencias ofrecían servicios a estos sitios. La gran mayoría se enfocaba únicamente en los puntos más conocidos de Puno, es decir, Sillustani, Isla de los Uros y la Isla Taquile. Nada más. Si uno quiere ir a cualquier otro lugar (en Puno hay decenas de destinos interesantes), debe contratar necesariamente un “tour privado”. Es una pena que teniendo tanto sitio bonito e interesante en Puno, no los promocionen como debe ser.
Al final nuestro itinerario de viaje quedó de esta manera:
- Tercer día: Lampa, Pucará y el cañón de Tinajani
- Cuarto día: Aramumuro y Juli
- Quinto día: Tiahuanaco
- Sexto día: Uros y Taquile
Reservamos la salida a Uros y Taquile, que era la única que se compra como un tour “normal”, de esos que asistes en grupo con otros turistas. Para probar contratamos también el tour privado a Lampa. Queríamos primero verificar qué tal nos iba para animarnos por los demás.
Cerrado esto, fuimos al mercado que está en la calle Arbulú, previa parada en la plaza San Juan para conocer y sacarle unas fotos al templo de la Virgen de la Candelaria. En el mercado hicimos algunas compras para la cábala de año nuevo y regresamos a nuestro alojamiento a descansar un poco.
Esa noche recibimos el 2017 en una fiesta organizada por el hotel Mama Quilla (vecino del Taypikala). Nos divertimos un rato, pero nos fuimos relativamente temprano a descansar (cerca de las 2am) pues a la mañana siguiente nos esperaba un largo día. Nuestro hotel estaba apenas a una cuadra pero acabamos como si nos hubiésemos metido a la ducha con ropa.
Aquí les muestro un mapa de los sitios que visitamos en los primeros dos días de nuestro viaje a Puno. Deben hacerle zoom para ver el detalle de los puntos.
En la siguiente publicación les contaré de nuestro tercer día en el que visitamos los pueblos de Lampa y Pucará y el Cañón de Tinajani.
(continuará..)