Hacía poco más de un mes conversaba con dos amigos, Max y Luis Felipe, sobre visitar las lagunas de Oyón, ubicadas al nor-este del departamento de Lima. La salida sería un ida y vuelta de fin de semana a inicios de julio.
Partimos el sábado temprano, aproximadamente 5am, para evitar el tráfico que se forma en la Panamericana Norte. La primera parada la hicimos en Chancay, en el conocido grifo «Delpino» donde funciona un restaurante. Ahí desayunamos mientras terminábamos de definir los detalles de la ruta, las paradas que haríamos, entre otras cosas. Una vez concluido el desayuno, continuamos nuestro camino con rumbo norte.
Avanzamos hasta el km 103, donde inicia el desvío a Río Seco por la vía PE-1NE la cual ahora está completamente asfaltada y en perfecto estado (hace unos pocos años era un trocha polvorienta e incómoda de transitar). Luego de unos 40 minutos habíamos llegado al pueblo de Andahuasi y un poco más allá encontramos el cruce con la carretera I18 que viene desde Huaura y va hacia Sayán. En este mismo cruce hay un par de grifos donde nos detuvimos para abastecer combustible.
Sayán
Continuamos y un poco más allá llegamos a Sayán, también conocida como «La Tierra del Sol» (aunque era poco menos de las 9am y del sol ni rastro). Aprovechamos para visitar la tradicional dulcería «Lumbre», ubicada en la plaza de armas y comprar sus famosos alfajores. Ahí, las señoras que atienden nos advirtieron que la carretera hasta Churín estaba cerrada de 9am a 4pm debido a las obras del tramo que está aún en construcción (la carretera asfaltada de Sayán a Churín se viene construyendo desde hace par de años y, a la fecha en la que redacto este post, sólo quedan pendientes de terminar unos 10km). Conversamos y decidimos seguir para adelante, con la esperanza que nos dejen pasar. Ilusos nosotros.
Cerca de las 10:20 am nos encontramos con una fila larga de autos estacionados, todos bloqueados por el cierre de la carretera que ya nos habían advertido. Pregunté al guardia y me dijo que dada la cantidad de autos que habían, y por ser fin de semana, abrirían la pista al medio día. Ni modo, nos tocaría estacionarnos y esperar. La recomendación aquí para quien piense viajar allá en estos días, es salir bien temprano como para pasar por este tramo antes de las 9am y evitar así el bloqueo de la pista.
Churín
Finalmente abrieron la carretera y cerca de la 1pm estábamos ya en Churín. Lo primero que hicimos al llegar fue separar sitio donde dormir. La verdad no quisimos perder mucho tiempo buscando alojamiento y nos metimos en el primero que encontramos: el hotel «Amazonas», ubicado en la plaza central. El precio por noche nos salió 70 soles. Pagamos y con las mismas nos fuimos a almorzar a un restaurante llamado «Arco Iris» que se encuentra a la salida del pueblo como quien se va para Oyón. El plato escogido fue trucha (¿qué otro iba a ser?). No podría decir que estuvo delicioso, pero al menos nos ayudo a calmar el hambre.
Quichas y la primera laguna: Guengue
Terminando de almorzar, enrumbamos hacia nuestro primer destino, el pueblo de Quichas. Para llegar hasta ahí continuamos por la carretera Churín-Oyón, asfaltada en su totalidad. Poco antes de llegar a Oyón, justo en una curva en U, inicia un desvío de trocha hacia la izquierda que nos lleva a la mina Raura. Continuamos por este desvío por alrededor de 25 km. Este tramo de trocha si tuvimos que andar suave pues el camino por tramos no estaba en buen estado y los huecos de diverso tamaño eran una constante. Casi 1 hora más tarde habíamos llegado a Quichas.
Quichas es un pueblo pequeñito del cual destaca su iglesia, a la que lamentablemente no pudimos conocer por dentro. Tuvimos que contentarnos con tomar algunas fotos de su fachada únicamente.
Eran casi las 4pm y arrancamos hacia la primera de las lagunas de Oyón: Guengue, que está a sólo unos cientos de metros de Quichas. Primero llegamos a Guengue chica y un poco más adelante la espectacular Guengue grande. Bordeamos la laguna con las camionetas y paramos un buen rato a estirar las piernas y tomar varias fotos.
Emprendimos el retorno a las 4:30pm y alrededor de las 6pm habíamos llegado Churín. Dejamos las camionetas en las cocheras y nos instalamos en el hotel.
En la noche salimos a comer por la plaza y de paso planeábamos el día siguiente. Por alguna razón ninguno de los tres estaba contagiado por la onda de los baños termales (lo más típico del lugar). Queríamos visitar más lagunas y ojalá algún nevado. Max propuso ir a la laguna Patón, otra de las lagunas de Oyón, pero que está camino a Pasco. Felipe y yo apoyamos la idea así que quedamos para ir ahí al día siguiente.
Oyón
Al día siguiente, salimos a las 7:30 am del hotel y llegamos a Oyón cerca de las 8:15am. Aprovechamos para desayunar un rico arroz a la cubana (nada aventureros nosotros en lo que se refiere a comida). En pleno desayuno hubo un cambio de planes.
Días atrás, cuando planeabamos la salida, sobre la mesa siempre estuvo la posibilidad de visitar la laguna Surasaca. Al menos por fotos se veía increíble con nevados de fondo. No obstante, para llegar allá debíamos cambiar la ruta totalmente, puesto que Surasaca está hacia el norte, más allá de Quichas (tendríamos regresar por el camino que habíamos transitado el día anterior). Después de darle un par de vueltas, acordamos dejar de lado Patón e ir por Surasaca.
Nevados de Raura y Pantano de Rumbro
Entonces giramos rumbo norte. Al cabo de una hora pasamos nuevamente por el pueblo de Quichas, pero esta vez sin parar. El camino en todo momento era afirmado con trocha por sectores. Más adelante el panorama se puso muy bonito cuando empezaron a aparecer los primeros nevados de la cordillera Raura. Continuando por la ruta nos encontramos con el Pantano de Rumbro. Es bien grande y de aguas turquesas. Muy bonito. Parada obligatoria para tomarnos más fotos.
Laguna Surasaca
Pasando el pantano, un poco más allá, y sobre la izquierda, hay un pequeño puente que marca el desvío hacia Surasaca. Nos salimos entonces del camino que va hacia Raura y entramos, tras cruzar el puente, por una trocha carrozable en mal estado. Por momentos era bien empinada y tenía huecos por todos lados. Este último tramo hasta Surasaca fue de unos 4 kilómetros, pero nos costó un poco transitarlo. Max tenía el carro más bajo y en una parte tuvo que retroceder un poco para volver a intentar la subida. Estábamos cerca de 4500 msnm.
Cuando llegamos a la laguna nos quedamos asombrados. Era mucho más bonita de lo que salía en las fotos. La laguna es inmensa (luego leí que tiene 7 km de largo). El cielo estaba completamente despejado, los nevados al fondo lucían imponentes y el agua cristalina. En la zona no había nadie más que nosotros tres. Nos quedamos un buen rato a descansar, tomarnos muchas fotos y disfrutar del maravilloso paisaje. Había valido la pena. Aunque no llegamos a conocer la laguna Patón, estábamos muy contentos con nuestra decisión ir a Surasaca.
Las lagunas de Oyón son increíblemente bonitas. Muy recomendable visitarlas.
Retorno a Lima
Exactamente al medio día emprendimos el camino de retorno. Decidimos no parar más hasta Sayán donde echaríamos el combustible necesario para regresar a Lima. Cerca de la 1:30pm pasábamos de largo por Churín y a las 3pm habíamos llegado a Sayán. Sí, de Churín a Sayán, sólo una hora y media. La nueva pista hace el viaje increíblemente más fácil. El retorno hasta Lima estuvo tranquilo hasta llegar a Puente Piedra donde ya es conocido el tráfico que se arma por esa zona. Llegamos a nuestro punto final (espalda de la universidad Ricardo Palma) a las 6pm.
Es increíble los lugares geniales que se pueden visitar en un fin de semana cualquiera. Ya estamos conversando sobre cuál será nuestro próximo destino.
Para terminar, aquí comparto la ruta que seguimos en nuestra visita a las lagunas de Oyón, con las ubicaciones de cada uno de los puntos mencionados en este post.
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